Tarta de cumpleaños de DOS ALTURAS

Mi segundo trabajo de chef particular fue justo hace una semana, me apasionaba la idea de repetir experiencia y sobretodo hacer feliz a la gente mientras probaban mis recetas.

Reconoceré que iba con un poco de miedo pues a pesar de que el menú fue básicamente mi elección había prometido hacer una tarta de dos alturas. El resultado fue dos horas menos de sueño diarias durante una semana viendo tutoriales y vídeos a punta pala, pero mereció la pena, mereció mucho la pena.

El relleno de la tarta estaba compuesto de capas de bizcocho natural avainillado y mousse de chocolate. Y cubierto con una crema mascarpone que imitaba la buttercream pero sin el sabor exagerado de mantequillaza.

Lo más difícil fue cubrir la tarta con fondant (pasta de azúcar moldeable), pero bueno con mucha paciencia y energía todo quedó perfecto.

Voy a contar un poco la receta por encima porque si no puedo alargarme muchisimo.

Tendremos que hacer dos bizcochos naturales uno grande y otro más pequeño. A la vez otros dos pasteles mousse de chocolate grande y pequeño. Los grandes iran en el primer piso y los pequeños en el segundo.

Ponemos el bizcocho natural grande primero y encima el de mousse de chocolate y cubrimos con la buttercream de mascarpone. (Hacemos una especie de bechamel en la sarten con harina y leche semidesnatada, y dejamos enfriar. Mezclamos mantequilla a temperatura ambiente, con azucar blanco y mascarpone y batimos bien. Una vez fria la bechamel la añadimos y batimos pero a velocidad baja. Si al probar queremos añadir más azúcar es conveniente usar azúcar glass porque sino se notaran luego los granitos.)

Una vez cubierta con nuestra crema de queso vamos a cubrirla con el fondant, yo escogí blanco pero se puede teñir con tintes comestibles. Primero amasamos bien, ya que el bloque está duro y compacto, disponemos maizena en nuestra mesa de trabajo.Una vez trabajado estiramos con el rodillo una vez y giramos hacia la derecha media vuelta, volvemos a estirar con el rodillo y giramos otra vez. Repetimos la operación las veces que haga falta hasta tener la mesa del grosor de 3 mm. Cogemos el fondant con el rodillo y lo ponemos cubriendo nuestros dos pasteles.

Repetimos la misma operación con el segundo piso. Para decorar la tarta con letras, utilicé otra pasta de color, roja y verde. Se pueden hacer las formas que queráis, yo como era mi primera las hice con un cuchillo, pero en tiendas de utensilios de cocina hay miles de herramientas que facilitan mucho la vida, en este sentido claro. Esta pasta es muy dulce así que se recomienda hacer letras y motivos más bien finitos.

Os animo a que probéis a hacer tartas a lo grande, es divertido y ver la cara del cumpleañero, eso sí, que merece la pena.

Os dejo, tengo que coger un vuelo a Barcelona 😉